D.MANUEL ÁLVARO nos deja a
las puertas de Navidad con el amargo dolor de la pérdida de un amigo que fue
ejemplo de la cordialidad y las buenas formas. Tuve ocasión de compartir
algunos ratos con él y dejó la impronta de la cercanía, la educación y un
talante especial que le definía como una persona extraordinaria. D.E.P.
Seguro que Evencio se habrá tomado nota de que la derecha pasó olímpicamente de hacer algún comentario. El mundo mezquino retratado.
ResponderEliminar