España es un país
deficitario en educación y ese problema conlleva arrastrar secuelas que
evidencia nuestro talón de Aquiles. No somos adultos en esa asignatura lo que
nos hace empequeñecer. Aquí mostramos una insuficiencia alarmante y lo que es
peor, el mundo nos mira para vernos miniatura de lo que no somos grades. Una
fatalidad y exigüidad que hace óptima la carencia. En educación, primarios.
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