Este país necesita una
cirugía que sea capaz de extirpar estructuras arcaicas, soltar ese lastre
innecesario y hacer una renovación en la que podamos ver la luz de la
innovación. Ese nuevo escenario sería la forma de salir de profundidades
angustiosas y liberarnos de la aluminosis que padece la arquitectura política.
Para revitalizar el país hay que sanear conductas inmóviles de políticos y
acabar con osados del miedo.
Para innovar hay que tirar a la casta y por lo que se ve no es tarea fácil. ¡Dios salve al pueblo!
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