La sociedad necesita ser
dueña de sí misma, porque una sociedad organizada supondría un poder que
limitaría otros poderes, un poder que podría resurgir y sería la llave para
evitar abusos de poder. Aunque estamos lejos de esa realidad, no veo imposible
que se pueda conseguir. Hace falta derrumbar estructuras arcaicas, levantar
nuevos escenarios y que el pueblo pueda vivir con la decencia de ingresos
dignos. Hora es de abolir los quejidos de un dolor que el pueblo no se merece y
sufre con excesiva paciencia.
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