domingo, 8 de enero de 2012

FINANCIACIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA

Durante el año 2012 el Estado entregará, mensualmente, a la Iglesia Católica 13.266.216,12 euros, a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación de lo dispuesto en los apartados Uno y Dos de la disposición adicional decimoctava de la Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007.

Antes del 30 de noviembre de 2013, se efectuará una liquidación provisional de la asignación correspondiente a 2012, practicándose la liquidación definitiva antes del 30 de abril de 2013. En ambas liquidaciones, una vez efectuadas, se procederá por las dos partes a regularizar, en un sentido o en otro, el saldo existente.

Que el Estado asigne a la Iglesia una subvención, de 13.266.216,12 Euros mensualmente, según el BOE del 31-12-2011, a mi me parece que es el fin del mundo del sentido común. Nada tengo en contra de la Iglesia, pero cuando uno ve los recortes que se están haciendo en sanidad, dependencia, pensiones etc. etc., no es imaginable semejante disparate. Los actos benéficos, PARA LOS QUE NO PUEDEN COMER, lo demás sobra. Así de sencillo. Y así de claro

2 comentarios:

  1. Supongo que el poeta sabrá que esa cantidad no es para otra cosa que para la acción social de la Iglesia. Unos ingresos que vienen del bolsillo de los contribuyentes católicos (deduzco que no del propio poeta, que no debe de marcar la X de la Iglesia Católica) y que suponen una milésima parte de lo que la Iglesia, por medio de los donativos de los católicos por otros medios, dedica a Cáritas, Manos Unidas, asilos, hospitales, misiones, etc.
    Por lo tanto, esa cantidad, insisto, financiada por los impuestos de los católicos, se destina a LOS QUE NO PUEDEN COMER. En cambio, la otra casilla, la de "fines sociales" se destina a menesteres de igual calado social, como ONGs o Cruz Roja, pero también a otros proyectos de dudosa utilidad pública, como los que promueve la sinpar Aído o Pajín. Yo, como católico, marco las dos casillas, porque así no pago más, pero sé que de mis impuestos hago algo de provecho.

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  2. Mi pensión no alcanza ni para hacer la declaración de la renta. Y a pesar de eso, yo también hago algo de provecho.

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