Lo del juicio a Camps y Costa me parece esperpéntico, y lo de Costa y Camps, de bochorno. Nos hemos enterado de que al “pijo” de Ricardo, le gusta el caviar, ¿negro?, y los buenos coches y buenos relojes, que ya sabíamos. Y también del “compadreo” de los dos personajes con los gurtelianos. Es la viva estampa de dos políticos presos de sus errores y sueltos.
Como tu dices es un esperpento y un bochorno. Da vergúenza ajena.
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