Los trajes de Camps, me parece que son una nimiedad, comparado con el estado de quiebra que ha dejado en la Comunidad Valenciana. Este personaje, Emperador de obras faraónicas, ha llevado su gestión más allá del límite de la honestidad. Y no encuentro ninguna razón por la cual no esté por esta causa, sentado en el banquillo, que sería lo justo. Si todos los gobernantes de este país, que han expoliado de distintas formas el erario público, reciben por parte de la justicia el trato benevolente, la dejadez y el hastió, tan corrupto es el que mete la mano en la caja, como el que lo permite. Y hay que preguntarse, ¿quiénes son los responsables, de estos comportamientos dantescos? Los que sean tienen que responder en los tribunales. Llámense como se llamen. Tirar el dinero público por la borda de intereses particulares es ruin, miserable y cainita.
Actualidad política de Torrent
domingo, 8 de enero de 2012
LOS TRAJES DE CAMPS
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En este país no pasa nada. Aquí nos quedamos en pelotas y todo sigue igual. !QUE BARBARIDAD!
ResponderEliminarSe tira el dinero y se gasta, incluso estando la cartera, de todos, vacia.No puede ser que cada concejal disfrute alegremente de un asesor, cada alto cargo de un jefe de gabinete y de un jefe de prensa, por ahi es por donde hay que empezar a recortar, otra cosa son los trajes y los sastres.
ResponderEliminarEn las épocas de crisis se fomentan las desigualdades sociales. El rico, es cada vez más rico y el pobre, es cada vez más pobre.
ResponderEliminarLo lamentable de todo esto es que siempre acaban pagando los trabajadores, todavía no hemos visto a ningún alto cargo recortarse el sueldo o sus derechos.
Hecho en falta las manifestaciones de los años 70 y 80. La clase está cada vez más privada de libertad democrática y esto es porque cuantas más deudas tengamos, menos libres somos para votar, no votaremos lo que queremos sino aquellos que pensamos que nos pueden hacer salir del agujero en el que estamos.
Somo nosotros mismos los que nos hemos metido en un agujero de endeudamiento, fomentado por los derechones que cada vez más les interesa que estemos dependientes de ellos.