Me cuentan que Santiago Martí, anda meditabundo y cabizbajo, pacientemente crispado por los últimos acontecimientos. Es posible que cualquiera en su pellejo, estuviera irritado ante las formas y forma de su decapitación al trono. Pero Santiago Martí es una persona joven, y por lo tanto tiene recorrido suficiente para alcanzar metas que ahora se le niegan. Hay que blindarse de paciencia y esperar que el tiempo suture la herida. Animo.
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