EL RETRATO

A veces, sin querer o queriendo, uno mismo al hacer el comentario de rigor se retrata y de forma inconsciente y voluntaria deja la estela de carencias propias para que, en el desajuste del desequilibrio, podamos ver la falta de elegancia, del respeto, de la educación y la banalidad de la cultura. Hay personas deshabitadas de sentido común y lo muestran sin pudor, y sin él se ejerce la intolerancia. Aquí, en esta humilde casa se profesa el respeto hasta para aquellos que lo pierden y se anda por el camino de la tolerancia. Es entendible que algunos partidos vivan entre el trasgo, la quimera, el espectro, la visión y el duende porque, en definitiva, la vida paranormal es su hábitat, natural.