miércoles, 16 de mayo de 2018

PONTÍFICES DE LA JAUJA


Cuando uno mete el bisturí en la vida política y los políticos, el hilo y aguja son necesarios para coser con rapidez y evitar el hedor de un mundo corrompido. La vida política está castrada de decencia, formación y principios, pero no de prebendas. Estos califas  que se hacen reinos a su medida, viven el día a día ejerciendo el derecho a la prepotencia y la inmoralidad sabedores que lo sagrado es vivir como dioses. La indecencia alcanza niveles que producen la muerte súbita de la honestidad y permanecen en la descomposición moral como hábito cotidiano, haciendo de ese paraninfo de la corrupción, el estatus imperialista, salarios que no caducan, trato de favor y favor en el trato para terminar erigiéndose en pontífices de la JAUJA.   

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