En esta primavera invernal
el pueblo vive entre el hastío y el bostezo. La movilización se espera para el
periodo vacacional en busca del color trigueño en las playas, para que la piel
pueda lucir el pigmento en el verano otoñal. Mientras, la piel flácida del parado, dependiente y pensionistas sufre
la consecuencia de la corrupción política. Y el pueblo resiste las
embestidas de estos depravadores, licenciados en el menoscabo y la degradación.
Así asistimos, un día sí y otro también, al deleite que nos ofrecen las
tertulias en las televisiones de turno, con la alternancia de los telediarios y
los mentideros del bla bla y del rasguño a las palabras. Al final te das cuenta
de que este país es maduro en COMADREO. Así nos va.
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