El pueblo trabajador no puede ser la vía del "sacrificio" que revista en el lujo de gobernantes insaciables de la buena vida.
El pueblo no puede convertirse en el "alimento" de hambrientos devoradores que van dejando cadáveres y esqueletos.
El pueblo comporta respeto de sus dirigentes políticos, y lo único que encuentran es el saqueo de las arcas públicas.
El pueblo no es una manada de borregos, es el alma que sostiene cuerpos de élite, Gobierno, Monarquía, Fuerzas Armadas, y truhanes aforados de la indecencia.
El pueblo que ya no puede comer, pagar recibos de luz, agua y necesidades perentorias. Debe dar una respuesta a una situación limite que revierte en la propia moralidad de quienes permiten y toleran, estar presos del inquisicionismo, y es el momento de pensar en la revolución francesa, para que los derechos del hombre sean la defensa y la barrera ante la omnipotencia del Estado, por el pobre indefenso.
El pueblo no se puede permitir un resquicio de anarquía, y si la globalidad de la contumacia, ante un Gobierno que merodea con la firme posibilidad de dejar al pueblo en cueros.
Y ante esa evidencia, que es la síntesis y la praxis de no estar ciegos, ya no cabe la pasividad, hay que reaccionar y si hay que salir a la calle se sale, yo ya estoy en ella.
¡MADRE MIA! Esto es digno de aplaudir. Se necesita saber, coraje, defensor del pueblo mitigador, y más huevos que el caballo de Santiago.
ResponderEliminarEste es el Evencio de garra, de fuerza, y la incontinencia del sentico común. Un Evencio que no deja señales de humo, deja el fuego encendido. Con un par.
ResponderEliminarEste Poeta tiene algo especial, a lo largo del tiempo que escribe, va dejando rafagas "LORQUIANAS", "HERNANDIANAS" y MACHANDIANAS". Su halo deja una estela de un importante vagaje de conocimientos, sustentados en el ardor de la defensa del necesitado. Y un hombre de estas caracteristicas que no este en metido de lleno en la vida política, me da que pensar que no hay buenos ojeadores. Estoy contigo Evencio.
ResponderEliminarEn el poeta se dan estas circunstancias: Cabeza, corazón y valor.
ResponderEliminarComo dice Fernando, el poeta tiene algo especial, utiliza un sarcasmo poco habitual lo que hace dar un plus especial a lo que escribe. Y en este post, lejos de sarcasmos nos enseña una realidad que yo diría que asusta. Pero él parece lejos de miedos, y me asombra la constancia de la defensa de valores que hoy no se llevan.
ResponderEliminarEn mi tierra suelen decir, que algo tiene el agua cuando la bendicen, y algo debe tener Evencio que es fácil deducir, después de leer este post, no quedan dudas de que es lo que tiene Evencio, lo explica Susana muy bien, Cabeza, corazón y valor.
ResponderEliminarLa sensación que da esta situación es que puede llegar lo que no se desea, pero seguir con esta agonía, tampoco es aconsejable. Ramón dice que Evencio deja el fuego encendido, y yo no pienso apagarlo.
ResponderEliminarEsa es la solución, yo no veo otra. LLegó la hora de hacer una limpia de políticos inservibles.
ResponderEliminarEvencio, ya sabemos que sabes escribir, de eso no hay duda, pero lo que me gustaría es verte en la vida política, y parece ser según cuentan que estás en ello, yo tengo ganas de verte en esa tarea que también se que es de tu agrado.
ResponderEliminarEl miedo es libre. Y la historia no se escribe de cobardes.
ResponderEliminarLa inanición causa estupor.
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