Me remite una foto Emilio Lapeña, de una fraternal comida en la que estoy con Andrés y Natividad, de aquella época reciente, las cosas han cambiado mucho para estar hoy anclados en lo obsoleto. No sé si Emilio era el fotógrafo oficial del PSOE, o el ayudante de cámara de aquella camarilla. Lo que si era cierto, es que era seguidor y no seguido del político que vago entre la sombra, y alumbra con la tenue luz de su sonrisa comprimida.
A Emilio le perdió el exceso de protagonismo, y la carencia del empuje. Pero has dejado el halo a tu post de lo que es un poeta. Tu no te comprimes.
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