miércoles, 5 de febrero de 2014

LA CABEZA EN LOS PIES



Los partidos políticos que no se aprendan a caminar por el adoquín, serán victimas de quien por el aligere el paso. No es hábito de la derecha porque sus caminos son celestiales. Pero la gloria de la política se consigue por esos andurriales. Y  al día de hoy no veo avezados del paso al frente. Quizá hay excesiva confianza en las fuerzas limitadas de todos. Digo limitadas porque los grandes partidos tienen el motor de la venta gripado. Cuando se ofrece confianza y se engaña, es difícil que el timado deposite el voto en la urna, y cuando no hay nada que ofrecer, los pobres de la política podrán por fin recoger buena cosecha. La espera que a veces desespera, debe tener su premio.

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