Un
partido que no cumpla lo que promete.
Un
partido insensible con los ciudadanos.
Un
partido licenciado en el derroche económico.
Un
partido que no se ocupe de la sanidad pública.
Un
partido que no se doctore en el olvido por la educación pública.
Un
partido que sea abanderado de impuestos y tasas.
Un
partido que haga caso omiso al empleo.
Un
partido que no apoye al mundo emprendedor.
Un
partido que tenga a los autónomos en el rincón del olvido.
Un
partido que no se ejercite en la
equidad.
Un
partido que no se acuerde de los “dependientes”.
Un
partido que no alimente a vagos con el dinero de las arcas públicas.
Un
partido que descuide la "niñez".
Un
partido que no abandone a su suerte a los "desahuciados".
Un
partido exento de formas y modales.
Un
partido incapaz de comprometerse con la apertura de un comedor social.
Un
partido incapaz de aceptar la libertad de expresión.
Y un
partido en el que se confunde quien manda y quien obedece…
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