Veo a la derecha de la
tierra impasible, con algún anuncio que no altera la normalidad demasiado
constatada. No hay prisa en esta carrera en la que ya se pierde el tiempo. El
tiempo que manejan otros con la prórroga del tiempo. Son los señores que manejaron
el tiempo en otros tiempos, pura sabiduría, para perder elecciones. ¡Qué
audaces! Siempre tendrán el recuerdo de María José Catalá, aquella intrépida
joven que puso una pica en la Plaza de la Libertad, dos quería decir. Pero esta
derecha la veo anodina, insípida y con más pena que alegría. Yo tengo la
sensación de que está varada, de que le faltan recursos para romper algunos
moldes, y sobre todo
distante con todos. ¿Y no
será mejor utilizar la cercanía con los lejanos, por si pueden ser de utilidad
en viajes del futuro? ¿Tanto escasea el talento?
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