Cuando
se llega a la política el aterrizaje conlleva renovaciones, por aquello de
crear el propio equipo de confianza. Transcurrido un tiempo las reformas te las
sirven en bandeja, te crean un nuevo organigrama y, al mismo tiempo, te dejan
en evidencia para asistir impávido a la
trasformación de lo que tú, por tu propia inseguridad y limitación no has
podido hacer. Cuando no se mantiene la
dignidad, el calor del hogar puede evitar la congelación de la decencia.
“Camina lento, no te apresures, que al único lugar donde tienes que llegar es a
ti mismo. (ORTEGA Y GASSSET).
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