Los
políticos deben poner en sus intervenciones, además de palabras más o menos
certeras, el alma para que el vacío no tenga su lugar. Lo
frecuente es ver a atemperados de la plática y con combustible diesel en la
prédica. Hay que pararse a pensar si esa es la forma ideal de llegar al que
escucha o, si por el contrario, hace falta algo más que permanecer en estado
invernadero de la comunicación. Cuando se habla de política y se está haciendo
una exposición de la gestión personal de la delegación de cualquier edil, el
comunicador debe pensar que el Evangelio de San Mateo se escucha en la Iglesia.
Eres un crack. De mallor quiero ser like you. Muuuuuuuua
ResponderEliminarFalta alma, corazón y vida y sobran homilias.
ResponderEliminar