La
labor del Padre Ángel es digna de tener en cuenta, valorar, agradecer su
esfuerzo, su voluntad de mirar y ver en la oscuridad del pobre y alumbrar en la
tenebrosidad. En esa constancia hace rememorar a un grande de hábitos y
costumbres sociales que evitó a muchas personas del corredor de la muerte de la
hambruna y supo vestir la miseria de dignad: Vicente Ferrer. Son obras tan grandes que se quedan pequeñas las
palabras ante encomiables trabajos.
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