A
los partidos políticos se les olvida que, “después de cada cosecha hay que
renovar la tierra” y estaríamos hablando de eficacia, de energía y de voluntad
de querer ver como la nueva semilla genera buenos frutos. No es la normalidad. En todo caso, la normalidad está enrocada
en vivir de la bicoca y los anticuarios prefieren no remover la tierra. Hay
que comer aunque otros pasen hambre.
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