Demasiada perorata gubernamental con ausencia de argumentos
sólidos que llenan el vacío, demasiado forraje lingüístico para el borrico del
pueblo, demasiada exposición de formas y maneras de políticos novicios y demasiada fraseología vana y fútil para
encumbrar el oscurantismo de evidentes claridades.
Un gobierno que practica el desgobierno, que ha encontrado en la retórica perifrástica un recurso inagotable, donde la verborrea de sus señorías, en un ejercicio de eludir la realidad, me hace sentir que estoy jugándomela con un puñado de filibusteros.
ResponderEliminar“El espantajo solo dos días engaña a los pájaros, a los tres, se cagan en él”