Algunos políticos
viven ensamblados entre los siete pecados capitales: PEREZA, SOBERBIA y
AVARICIA, que son alguno de ellos. Hay en el colectivo poca inteligencia,
desuso del sentido común y vigilia de la moral. La coherencia se aplica en la
desmedida y la voluntad no es suficiente para afrontar los males que nos
acucian. Existen, como diría Descartes, pero piensan mal y tarde.
El poeta Dante Alighieri ya dejó escrito en La Divina Comedia, la forma de purificar los siete pecados capitales: “El Purgatorio”.
ResponderEliminarEl ángel guardián del antepurgatorio no será testigo de estos pecadores que deben arrepentirse para purificarse, no es común encontrar esa virtud entre los políticos, y prefieren seguir retozándose en las escorias del pecado y acabar su camino entregando la moneda a Caronte.
“Una parte de los hombres actúan sin pensar y la otra piensa sin actuar” (Ugo Foscolo)