La sensación que dan los políticos es que viven con el
síndrome de Diógenes del desconocimiento. Las formas y maneras de actuación
tienen esas características. Lo inestable de los comportamientos hace de la
incertidumbre el orden del desorden. “El desorden almuerza con la abundancia,
come con la pobreza, cena con la miseria y va a costarse con la muerte”, Benjamín Franklin.
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