Los devaneos de la
política encierran y abren multitud de
deslices que a veces generan urticaria y desazón. Hay personas en ella con una
imagen hueca de talento, sin que signifique que no haya algún instinto de
maldad que la imprudencia abre la ventana.
Mucho tengo escrito sobre el tema de la prudencia y como ejemplo
distinguí, en más de una ocasión a Susi Ferrer, pero no todo el mundo tiene esa
virtud y la ligereza hace que me acuerde de la fábula de la zorra y el busto de
Félix María Samaniego que dice: “Tu cabeza es hermosa, pero sin seso”.
Hay mentes obtusas que nada tienen que ver con los ángulos en geometría. Son portadores del estandarte de la inopia, seguidores de la doctrina Maquiavélica y discípulos de Procusto, su egolatría les lleva a la cita de Confucio: “El sabio sabe qué ignora”.
ResponderEliminarSiempre guardan un hueco para las treinta monedas de plata que les garantizará continuar muriendo en vida, e ir acumulando cenizas para el renacer del Ave Fénix.
“Hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante que entre un hombre vivo y un cadáver”. (Aristóteles)