La pandemia del
coronavirus arrastra al Gobierno al desorden que todos los días vemos, a un
comité que diario vemos como le superan las circunstancias, a la normalidad de
ir sumando muertos, al acceso a las ya “baratillas” mascarillas y al
cumplimiento de las normas del estado QUE alarma. Vistas así las cosas, unos
siguen con los aplausos, otros con las caceroladas y otros con el silencio. Descansen
en paz a los que en vida se les privó de ella.
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