Jesús Ros decidió que la
gente joven fuera una referencia del
cambio y apostó con riesgos una renovación que ha puesto sentido a la añoranza.
Pero transcurridos dos años en el Gobierno, es inapelable que el PSOE necesita
cambiar. No puede estar en tela de juicio lo que el poco juicio pone en evidencia,
falta de preparación política, jurídica y la exención de otras materias que
empobrecen lo que no era rico. Así es.
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