Perdidos los valores morales,
solo queda elevar alguna plegaria para restituir la moralidad de los valores. Aunque
pocos son los valedores del alma mater que definen a las personas y dejan
enmarcados la singularidad de cada mortal. Pero los mortales viven de la
depreciación de lo que no saben evaluar. Hay globalización de moralistas que
difiere mucho de la moral.
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