Me emocioné escribiendo el
post de “LA DESPEDIDA” (yo soy una persona sensible) y ver sufrir a las
personas doblega el alma. La Emérita pasará momentos de angustia -con
la que se avecina- y, es de suponer que, se hará más de una pregunta.
Seguramente esta será inevitable: ¿Cómo es posible que me “bendijeras” como
Alcaldesa y ahora me quieras apartar? La política tiene estos misterios y
otros.
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