La clase política de Torrent
carece de altura salvo excepciones, que las hay. ¿Se puede discutir la altura del
parlamentarista? Pobreza infinita para que la mediocridad disfrute de
una vida entre la artrosis y reuma. No hay afán de superación, no hay voluntad
por aprender y, en ocasiones, ni educación para saludar a las personas. Lo
bajo que no es la altura, es el botín de un
colectivo amparado en las sombras, que no en las luces.
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