Hablar con claridad
meridiana es norma de esta casa y hacerlo sin titubeos es la prioridad del
precepto y el orden. Cuando el rumor está en la calle anunciando la vuelta de
María José Catalá, es lógico hacerse eco porque levanta expectativas. En su día
manifesté mi criterio sobre gestiones poco lúcidas de su Gobierno y
naturalmente mi desacuerdo. Entendía, en su momento, que era un Gobierno
badulaque, primario y dictador y así lo hice constar. Molesta con flores a
María José pero nadie se acuerda de las espinas.
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