Seguro que a estas horas y a
otras estarás buscando la manta, el bocadillo, la leche y la estufa para
aquellos que ven el anochecer cuando amanece y consumiendo el tiempo en la
pasión que idolatras. Amante de los pobres, transmites con tu entrega generosa
y energía el calor en esta época glacial para los que ya están entumecidos por
el frío. Además, con el plus añadido de llevar felicidad a un mundo que no tiene.
¡Qué grandeza! A veces, amigo, hay que pararse en el tiempo y meditar sobre la
conveniencia de fijar posturas para saber si el “Tótum Revolútum” es la
elección adecuada (ya sé que las circunstancias mandan) o, quizá, la
exclusividad de dar de comer al hambriento sea el rango prioritario. Sea como
fuere mi felicitación porque nunca encuentras dificultades a la hora de dar y
al mismo tiempo poder comprobar que el ser humano vive. Un abrazo.
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