Los políticos nos tratan
como si fuéramos una especie en inferioridad de condiciones .Con cierto abuso
hasta añadiría. Si abusan porque ven que el pueblo no reacciona y desde puestos de poder ejercen
la superioridad para acometer “obras no maestras”. Aunque la degeneración se
agiganta no es menos grande el inmovilismo que existe. Se necesita un país en
pie para ver al avaro de rodillas e imponerle la penitencia del salario
mínimo. Hay que ser generosos.
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