El mundo se muere por falta
de dignidad, el mundo se queda petrificado por nevadas blancas y negruzcos
comportamientos, el mundo expira de honestidad porque vive en el submundo de
falta de escrúpulos y moral. El mundo de la moralina vive para ver cadáveres en
la hornacina al ras del suelo y aterra este mundo entre el gélido temporal,
insensible, indiferente, inexpresivo y con el alma sumergida en el glacial.
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