domingo, 29 de enero de 2017

EL DEMÉRITO DE ÉL EMÉRITO

El Emérito sigue su particular purga por los medios de comunicación, aunque liviana es. Utilizar el dinero público para el placer orgásmico de su Majestad es de una indecencia con mayúsculas. Pero es más indecente que el pueblo permanezca impasible. En Francia el Emérito hubiese probado el filo de la guillotina y la situación social-política que tenemos habría saltado por los aires. Ahora que pienso no somos franceses.

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