Lo más creíble de un
político es lo increíble. El que no cojea, renquea y ejemplos hay para dar y
tomar. Cuando la economía está en el trapecio y los ayuntamientos siguen la
carrera del despropósito gastando lo que no tienen, uno se tiene que preguntar qué
austeridad se aplica para evitar la quiebra de la Institución y la propia de
los políticos. Quizá, el cáncer de las Administraciones sea la escasez de
talento de los gestores y así llegaríamos a dar con la cuadratura de un círculo
que asfixia. El problema es que nunca aprenden y se hacen las listas de forma
caprichosa utilizando el corazón y las presiones y nunca con la cabeza.
Ejemplos haylos.
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