Hablaba en un artículo de la
España del valor atenazado, esa España escondida que no se atreve a salir a la
calle porque prefiere morir de forma lenta, que hacerle a la dignidad un
obelisco. Esta España que tuvo hombres que escribieron con su sangre la
historia, encuentra en la oquedad del miedo la estúpida fórmula de la
guillotina colectiva. Estremece ver la inquietud de la pasividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario