lunes, 30 de enero de 2017

LOS FINES PRIMERO QUE LOS PRINCIPIOS

Hay que tener cerca el hilo y la aguja cuando se mete el bisturí en la vida política,  para poder coser con rapidez y evitar hedores putrefactos. Castrada la vida política de decencia y principios pero no de prebendas, no le faltan parientes para que el maná de las subvenciones y  arbitrariedades varias, formen parte del atropello a la honestidad y en muchos casos aforados a la inmunidad. Estos califas que se hacen reinos a su medida viven el día a día ejerciendo el derecho a la prepotencia y sabiendo que lo sagrado es vivir como reyes. En esa descomposición moral como hábito cotidiano, se entiende que los fines son primero que los principios. 

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