Este país vive el apogeo de
la incultura. Es un mundo al revés y al revés del mundo. Es incuestionable que
profanos de lo más importante estemos en el alambre del subdesarrollo y en
primera línea del desarrollo de la corrupción, de la involución social y en diversas materias que nos hacen
acreedores a vivir en la orilla de la dignidad. Hace falta una purga de vividores
de la política y que una nueva generación de personas honestas y morales (mucho
es pedir), pongan rumbo al progreso y no al deceso de él.
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