lunes, 9 de enero de 2017

LAS PRIMERAS HORAS DEL DÍA

  
Mi vida es tan sencilla que les voy a contar lo que da de sí el ir y venir de  las primeras horas de un día cualquiera de tantos acumulados a través del tiempo.  Mi TETE (mi perro), me da permiso hasta las 9:30 de la mañana para estar en la cama. Antes, asentado en  ella con leves gemidos me dice que ya es hora de despertarse y ante lo que él pide no hay opción de hacer otra cosa. Seguidamente me voy a la cocina y me preparo el café con leche y con el vaso en la mano me pongo delante del ordenador, mi primera visita es Facebook y allí siempre me encuentro la constancia de Vicent Alabajos y su hacer diario y el clásico “Me gusta” de generosos y generosas para que el día comience con buenos augurios. A continuación me voy al blog y ojeo comentarios,  estadísticas y, sin más dilación, cuelgo el primer post de la mañana. Mi TETE ya me reclama y le digo que espere que tengo que leer la prensa y lo hago por este orden: Levante, El Mundo, El Español, Okdiario (para ver que dice Inda de Podemos) y Marca por aquello de ser seguidor del Madrid. Consumido el tiempo del ordenador, mi TETE me conduce con salero al cuarto de baño sin que haya resistencia para su petición y allí espera paciente hasta que termino y por fin le llega el turno de su salida. A este tiempo le queda el drama, que es de órdago, cuando me tengo que marchar y trata por todos los medios que no me vaya. Me voy pero con ganas de volver y darle mil besos. Como esto ya es extenso otro día les cuento el resto.

POSDATA: cuando me acuesto le digo, “TETE cuantas personas no dormirán hoy en la cama y pasaran frío y tu aquí abrigadito con tu manta y mi mano encima para que notes otro calor”.  

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