El mundo terrenal es un
desastre, no tiene los pies en la tierra. El ser humano lejos de serlo,
es un ser y no ser. La vida que es un momento, un bien escaso, muere para no
hacer acopio de un lastre que contamina otras vidas. Nace y muere para que
permanezcamos ávidos de desvelos y reparemos en la eternidad el insomnio que produce la existencia.
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