Por lo visto, la falta de
educación no tiene fecha de caducidad y algunos utilizan esa crisis para evitar
el saludo. Hay una minoría que no entiende de democracia y una mayoría anclada
en el pasado que “aborrece”, pero que están lejos de principios inherentes a la
convivencia cívica y, sobre todo, al entendimiento de la razón. Cuando se
censuran actuaciones de políticos y partidos, se enciende la alarma de los
dictadores para dejar claro que ni son progresistas ni demócratas. Viven en un
mundo “sectario” para que la libertad no tenga su espacio, son esclavos de sí
mismos, donde se sienten cómodos. El concepto de libertad que practican estriba
en el sometimiento. ¿Pero en qué mundo viven? Yo, desde luego, en otro.
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